Una panda de borrachos y mujeriegos

Ha sido llegar Guille Álvaro a Madrid y contagiar su espíritu a todo el equipo. Después de hundir al Estudiantes en la Copa ULEB y en la liga, sólo le quedaba acabar con Gran Cordero y su sueño de ser campeones de división. Conseguido. Después de mantener a sus propios jugadores por las frías calles de Madrid hasta las tantas del viernes pocas esperanzas había de que se pudiese lograr algo decente el sábado por la mañana. Y no se logró.

Entre eso y los mujeriegos que dedican las noches anteriores a los partidos al solaz de sus cuerpos y no a la meditación y concentración propios de un partido de esa entidad, pues el drama estaba servido. Miraobras demostró estar mucho mejor preparado y con más ganas y capacidad de reacción. Hicieron lo que no habían hecho en los partidos anteriores: defender muy fuerte y correr todo el rato. En Gran Cordero sólo Dani Alonso parecía estar enchufado y gracias a él la diferencia no era exagerada (8-11 al final del primer cuarto). Ortiz intentó mover el banquillo para despistar la defensa individual contraria pero lo único que consiguió fue despistar aún más a sus jugadores. De 2-1-2 se pasó a 3-2 y si no se jugó en 4-4-2 es porque no había un doble pivote de garantías.

En la primera mitad los jugadores de Miraobras tiraron 14 tiros libres, de los que metieron 7. En el total del partido los números fueron 15 de 25. Los jugadores de Gran Cordero fueron siempre un paso por detrás de sus rivales,y, pese a que el arbitraje fue algo desastroso hay que reconocer que la mayoría de las faltas fueron justas. Pese a todo, como el Cordero es un equipo que se agarra a la pista aunque sólo sea para no caerse, las diferencias en el segundo y el tercer cuarto no aumentaron. A base de cerrar el rebote defensivo y con una defensa en medio campo que causaba problemas a los rivales, Miraobras no consiguió subir su renta por encima de los tres puntos (16-19, 26-29). Con Modorro muy perjudicado por enfermedades, viajes y resacas y con Simón en la cuesta abajo de su carrera como baloncestista, Gran Cordero recurrió a los puntos y rebotes de Rubén, a los tiros libres (ejem) de Ferrr y por supuesto a las canastas de Alonso.

Un triple de Lorenzo puso las cosas donde queríamos: 29-29 al principio del último cuarto. Ese suele ser el momento en el que Miraobras se viene abajo y ganamos el partido fácil. Pero no fue el caso esta vez. Reaccionaron como campeones y a los corderos se les acabaron las pilas: parcial de 10-0 lleno de jugadas confusas (un pie clarísimo, Carlos empujando a un pobre chavalín, Lorenzo tumbando a Alfonso...) decidió el partido y aunque el equipo lanar no se dio por vencido nunca, los de Miraobras metieron todos los tiros libres y no dieron opción. Al final 47-36, la derrota más contundente de Gran Cordero en dos años. Pese a todo, los corderiles se clasificarán segundos para playoffs, donde la imagen será, seguro, bien distinta. Menos ojerosa, por lo menos. Y de Miraobras, sólo decir que se merecen estar también en la siguiente ronda y que demostraron por qué sólo pierden contra nosotros. Enhorabuena.