Gran Cordera - Stella Maris

Es un domingo cualquiera y a media mañana tengo partido de baloncesto con las Corderas. Me levanto y me preparo. La cosa no va muy bien, me he quedado sin lentillas y tengo que ponerme unas de mi hermana con 0.25 menos en cada ojo. Oye, no veo tan mal! Cojo el metro, echo una cabezadita y medio despierta medio dormida llego al pabellón. Las corderas y las contrarias están esperando fuera, al parecer nuestra cancha está ocupada por un montón de niños (con sus respectivos papás). Nos dedicamos durante 5 min. a insultar al promotor, son momentos en los que la rivalidad entre equipos desaparece…pero emerge con fuerza en la cancha. Al parecer jugamos fuera, al exterior, momentos de incertidumbre ¿las corderas jugando al aire libre? Nos enfrentamos a la realidad como mejor pudimos, pero, ¿qué pasa? ¿sólo somos 5? ¿No tenemos entrenador? Por un momento dudo, todo me parece extraño pero a la vez familiar, pienso en los inicios de las corderas y un escalofrío me recorre el cuerpo: partidos al aire libre con los primeros copos del invierno, asfixiadas por no tener cambios, marcadores de un solo dígito...

Llega Ana, me tranquilizo, reflexiono un poco: Silvia, Carmen, María, Mónica y Ana, no, todo va ir como la seda, recuerdo las maravillas que contaron sobre el partido anterior. Respiro y salgo al campo, no estamos muy acertadas pero aguantamos. Llega Chainy y un montón de corderos, Amor está en la grada para q Ana anote, todo está bajo control. Pasan los minutos, no conseguimos tirar y mucho menos anotar, ha aparecido una mujer enorme a la que no hay manera de quitar el balón.

Chainy me saca, menos mal, entra Ana, el partido sigue igual: ellas juegan y nosotras deambulamos por la cancha. La afición nos anima, Ana consigue inaugurar nuestro marcador, es el momento de empezar a jugar... pero no, no conseguimos despertarnos.

Pasan los cuartos, las contrarias se hacen cada vez más grandes y nosotras cada vez más pequeñas. Llega nuestro cuarto, el tercero, revivimos un poco, pero poco, no hay nada que hacer, no sé si estoy en el 2006 o en el 2003, todo está borroso. Pases que se nos van fuera, tiros q no rozan el tablero, la rodri por los suelos... Lo único que me hace mantener la esperanza es la defensa, una defensa constante que complica el partido a las contrarias y da algo de que hablar a la afición.

Termina el partido, vuelvo a casa y miro en Internet: no, al parecer aún no se ha inventado la máquina del tiempo, fue real, jugamos un partido homenaje!