¿Carlos a Limonchelo?: El club se remite al pago de la cláusula de rescisión

La crisis de Gran Cordero, con los fondos de la Fundación a cero, ya obligó al club a desprenderse de su mítico -y calvo- base, Fernando López, cuando el Akasvayú Berlín vino a ficharle. "Aquello fue una excepción", manifiesta Guille Álvaro, director deportivo de Gran Cordero, "el Parrillero Camby se presentó con la cláusula de rescisión y no pudimos hacer nada".

Sin embargo, los problemas crecen y otro jugador podría abandonar el club en los próximos días: se trata de Carlos Rodrigo, quien manifestó a la directiva su voluntad de iniciar una nueva carrera debido a su ya avanzadísima edad. En un principio se pensó que podía recalar en un equipo de otra liga -en Hortaleza parecían muy interesados en él- pero el reputado trabajo de abogada de su prometida le ha hecho tomar una dolorosa decisión para el aficionado lanar: Carlos se quiere ir a Limonchelo.

"Ha sido duro tomar esta decisión", afirmó el jugador, "pero me gustaría vivir el derby del otro lado y perder de 20. Ahora sólo queda que los dos clubes se pongan de acuerdo para que yo pueda cumplir mi sueño.

No tan rápido, amigo Carlos. Puestos en contacto de nuevo con Guillermo Álvaro, su secretaria -una rubia de voz sedosa que mmmmm- nos informó de que estaba echándose la siesta. Poco después volvimos a llamar pero estaba echándose unos dardos. Finalmente conseguimos hablar con él y nos comentó algo del "trofeo Pachuchails" que no conseguimos entender y dejó clara la postura del club: "Si alguien quiere a Carlos más de lo que le queremos nosotros, que demuestre su amor poniendo la cláusula encima de la mesa."

Se da la circunstancia de que Carlos Rodrigo renovó recientemente por Gran Cordero durante cuatro años más. Su cláusula de rescisión asciende a 73 botellas de vino tinto, 24 de vino blanco y 50 latas de cerveza. Es difícil que ningún club pueda pagar esa cantidad salvo que Modorro y Fer Cabezas se decidan a montar su propio equipo, con lo que lo más probable es que el jugador se tenga que quedar un año más en el equipo corderil.

La directiva no teme la reacción de la afición tras este "desliz" porque afición en los partidos, generalmente, hay más bien poca.