La directiva corderil aplaza el cese de Nico

Después del sonado fracaso de Gran Cordera este año son muchos los que piden la cabeza del entrenador, Nicolás Pérez de Agustín. Si bien el director deportivo siempre ha manifestado que contarían con él pasara lo que pasara, lo cierto es que en este momento Nico está más fuera que dentro del club. El fracaso que ha supuesto no clasificarse para los play-offs por primera vez en la historia es difícil de olvidar en un club ganador como Gran Cordero.

Al técnico se le critica la mala planificación de la temporada y la plantilla- "Le dimos todo lo que pidió", ha manifestado Joaquin Alvaro, presidente del club, "era un equipo para conseguir por lo menos la clasificación. A mí me dicen trae dos italianas y las traigo, pero no me esperaba esto". Las decisiones de Pérez de Agustín a lo largo de la campaña han sido cuando menos discutibles: nunca ha sabido manejar al vestuario (su segundo entrenador ha mostrado mucha más maña al respecto con diferencia), algunas jugadoras pasaban de ser titulares indiscutibles a no jugar ni un minuto (por ejemplo Carmen en el último partido) y el mencionado equipo técnico del que se ha rodeado digamos que no ha puesto mucha profesionalidad en el empeño. En el empeño de entrenar, me refiero.

La decisión sobre la continuidad del técnico depende del informe que el director deportivo, Guille Álvaro, tiene que entregar aún a la directiva. Una vez se reciba este informe (no parece que Guille esté demasiado ocupado en Dublín si obviamos su inusual afición a mear en los ríos), la directiva tendrá que tomar una decisión definitiva. La mayoría de la junta opta por la destitución fulminante del técnico y el fichaje de uno con suficiente prestigio (suena el entrenador de La Torre), pero los problemas económicos pueden salvar esta vez al Nico. Como encargado que es de las cuentas del Club y de la Fundación se tiene miedo del desfalco que nos puede hacer. Un Pérez de Agustín cabreado es mucho Pérez de Agustín.