Sí gana el que tiene más ganas

Éxito sin paliativos del I Pro-Am Gran Cordero celebrado el pasado domingo en el Moscardó Palace. Hasta 24 jugadores se dieron cita repartidos en ocho equipos, cada uno de los cuales jugó como mínimo cuatro partidos. El buen rollo y los triples a tabla abundaron en una espectacular tarde-noche baloncestística.

De entrada los equipos se dividieron en dos grupos, sin seguir para nada el sorteo de la organización, que si vino y comunismo y tal y esto es una anarquía y un sindiós. En el grupo "Inés Thiebaut Lovelace" jugaron el equipo de Fer, Mónica y Kiki, el de Arturo, Sara y Helena, el de los Alonsos y Blanca y el de Simón, Vera y Cristian. Por otro lado, en el grupo Ana Rey Sagües los integrantes fueron el equipo de Coque, Jorge y Marina, el de Guille y los Rodris, el de Modorro, Laura y Palop y finalmente el de Aub, Triki y Ester.

Tras un montón de apasionantes partidos y verdaderas demostraciones individuales como las de Sara, Blanca y sobre todo nuestro querido presi, llegaron las eliminatorias jugadas a cara de perro. El equipo de Simón se deshizo del de los Rodris, el de Arturo venció a los Modorros con una demostración de triples, la Oposición fue derrotada por el equipo de los Cid y, por último, los Alonsos se impusieron al equipo del gobierno. Ni que decir tiene que los cuatro clasificados eran del mismo grupo, entre otras cosas porque eran los únicos que se lo tomaban en serio.

Las semifinales vieron uno de los mejores duelos de la jornada: Arturo, Sara y Helena contra Mónica, Kiki y Fer. Y es que las acompañantes de Arturo demostraron unas maneras prodigiosas y nuestro pivot entre triple va y triple viene dio toda una lección. Eso sí, perdieron. La otra semifinal enfrentaba a Simón, Vera y Cristian contra los Alonsos y Blanca. Debió estar muy bien pero es que no la vi.

Con el tiempo justo se disputó la final entre los que sin duda eran los dos mejores equipos y una vez más se impuso el que más ganas puso para ello con triplazo de Fer sobre la bocina. Al final caras contentas aunque cansadas y promesas de que esto tiene que repetirse.