El Cordero alcanza el bicampeonato

Ya lo dijo el entrenador corderil el año pasado: "sólo hay una cosa más grande que ganar una Lamb Cup: ganar dos Lamb Cups". Pues ahí están. Gran Cordero cumplió los pronósticos y levantó la copa por segundo año consecutivo. Eso sí, hay que reconocer que sus rivales aparecieron por el Moscardó más mermados que en anteriores ocasiones.

Miraobras, que se presentaba como el rival más complicado, contó con varias bajas y, de hecho, sólo pudieron ser siete jugadores, lo cual sin duda se notó en el segundo partido, precisamente contra los anfitriones. Los ICD Mentes no se presentaron como tales sino que acudió un combinado ICD- Freak Brothers que ni aún así eran cuatro, así que varios corderos tuvieron que jugar con ellos.

Centrémonos en los dos partidos de los campeones y dejemos claro que los lanares también tenían sus propias bajas: Rubén y Nacho de entrada, y posteriormente Arturo que se lesionó durante el primer partido. La baja del veloz base madrileño apenas se dejó notar ya que el Barrilete Cósmico sigue en un estado dulce de juego y el equipo no nota para nada la diferencia. El partido contra Miraobras se afrontó con un poco de miedo: el último choque entre ambos equipos había acabado en triunfo claro miraobrino y por eso Gran Cordero empezó en una zonita en vez de en la individual agresiva que se quiere imponer este año.

El experimento- o más bien, la continuidad con respecto a los anteriores años- surtió efecto, y la zona 2-1-2 se les atragantó a los de verde, que no pudieron jugar como suelen. Eso unido a la tremenda fuerza de Carlos, Modorro y Dani Alonso, y al acierto del Lechal en los triples, hizo que a los seis minutos la cosa pareciera finiquitada ( 14-2 en el marcador).

Pero Miraobras es un señor equipo y no se rinde. Cambiaron a individual, presionaron más arriba, robaron varios balones, movieron mejor la bola y con un triple del número 4 se pusieron 16-10. Dos canastas de Modorro antes del descanso devolvieron la ventaja y la tranquilidad para los anfitriones ( 20-10). Los azules salieron al campo en la segunda parte un poco más descentrados y los de Miraobras lo aprovecharon con un excelente número 11, que se fajó todo el partido y anotó con facilidad. Un nuevo triple, esta vez del 5, puso el partido en todo lo alto ( 22-16).

Ortiz pidió tiempo muerto y el equipo no se puso nervioso. A pesar de jugar sin Carlos ni Dani Alonso, ambos reservados en el banquillo, y con un Arturo tocado de un golpe, Gran Cordero recurrió al de siempre: Modorro, y éste respondió como suele ser habitual. La ventaja regresó a los 12 puntos (29-17). Volvió entonces la presión en todo el campo de los Miraobras, y con ella los problemas corderiles para pasar del medio del campo. A base de robar balones y forzar faltas ( en los últimos cuatro minutos Miraobras sólo anotó desde la línea del tiro libre, eso sí, tiraron doce veces para anotar ocho ), el partido se volvió a apretar y a falta de menos de un minuto el resultado era de 29-24.

Llegó entonces la decisión polémica de la jornada: con unos veinte segundos por jugarse y balón de Miraobras para colocarse a tiro, Simón cortó un balón claramente con el pie, pero el árbitro estaba justo en la otra punta del campo y no lo vio. La jugada acabó con canasta de Modorro para poner el definitivo 31-24. Los jugadores miraobros protestaron, como es lógico, pero el triunfo corderil se puede considerar justo. Los arbitrajes de pretemporada tienen estas cosas, y al fin y al cabo a Gran Cordero le pitaron el doble de faltas. El partido enfrentó a dos grandes equipos del distrito pero esta vez Gran Cordero fue mejor. En cualquier caso, la rivalidad promete vivir nuevos episodios en el futuro.