CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Todavía no habíamos empezado el partido y los augurios no pronosticaban nada bueno.

Era ella, y aunque desconocida para algunas de nosotras, en el mundo corderil todos conocían sus fechorías. De nombre apacible, pero su mirada no reflejaba nada bueno: rencor, odio, envidia.

Todo era posible. Villana donde las haya, desposeída de las cualidades que antaño podían haberla hecho amable, heroína, vagaba por los campos de juego convertida en un ser vil y pendenciero.

No pudo por mas que encontrar una patrulla, joven aunque no por menos atrevida, arriesgada, y con todos sus poderes a estrenar, que produjo en Ella el odio más febril que pudiéramos imaginar. Y entonces sucedió. Los ánimos empezaron a calentarse. Un par de fin de semanas antes, anduvo rebuscando entre los resquicios de la junta equipos jóvenes, con sangre fresca de los que poder alimentarse... y ..... desgraciadamente, dio con el nuestro, nombre apetecible donde los haya.
Primera fatalidad. Primer tropiezo con el destino.

En su primer día de caza, no obtuvo el éxito esperado, pese a imponer su ley, los superhéroes, mas expertos en el arte de lidiar con supervillanos desde tiempos inmemoriales, no llegaron a desmoralizarse del todo y supieron mantener la cabeza bien alta.
Esto no le supo bien al Ser de las Tinieblas y no dudó en buscar al nuevo ejército femenino que empezaba a surgir este año, con mas fuerza y superpoderes no conocidos hasta el momento.
Pero Ella jugaba con ventaja y lo sabía, tenía el poder en su mano y no dudó en hacer uso de él.

Empezó el duelo,

Una lucha encarnizada se produjo en el campo, las heroínas no cejaban en su intento. Utilizaban una tras otra, las técnicas aprendidas, los nuevos superpoderes todavía no estaban lo suficientemente acoplados y aún así la patrulla resistía.

Primera tregua, cinco minutos par preparar la ofensiva final, y Ella representante del mal, no podía admitir aquella inminente derrota, no podía aceptar aquel agravio y no lo aceptó. Puso toda la artillería en juego, y descargó todas las ráfagas de faltas que pudo, eso sí, sin confundirse de bando, dando donde más dolía, en el orgullo.

Así que esta vez lo logró, consiguió desposeernos de parte de nuestra moral (y nuestra paciencia).
Salió victoriosa y triunfal, con el buche rebosante de sangre fresca, saciada.

Pero esto no quedará así, no quedaron dañados ninguno de nuestros superpoderes, que, al contrario de lo que supone, han resurgido con mas fuerza que nunca, más cohesionados y más maduros. La batalla final no está lejos, y entonces no habrá clemencia, no habrá rival....

FENIX